Asesoría Autónomos y Startups
Constitución de Sociedades Mercantiles y Alta de Autónomos y Startups
Si estás pensando constituir una sociedad o por el contrario, te planteas la opción de comenzar una actividad profesional bajo la condición de empresario autónomo, consulta con nosotros.
Te indicaremos cuál es la mejor opción: en caso de optar por la constitución de una sociedad mercantil, los costes de creación y puesta en marcha, o bien, gestionaremos el alta como empresario autónomo si observamos que es la decisión más acertada.
Nuestros servicios:
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Solicitud del Certificado de Denominación Social.
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Escritura Pública de Constitución.
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Pago del Impuesto de Operaciones Societarias, en su caso.
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Inscripción en el Registro Mercantil.
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Alta de la sociedad en Hacienda.
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Otros trámites: obtención de licencias, alta en la seguridad social, etc.
Para la elección de la forma jurídica, existen algunos puntos básicos que determinarán la opción adecuada:
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Número de promotores:Por el número de personas que intervengan en la actividad, elegiremos sociedad si son varios promotores o persona física si es uno.
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Necesidades económicas:Ser empresario individual es más económico, ya que no es necesaria la inscripción en el Registro Mercantil, otorgamiento de escritura pública, ni tampoco se exige un capital inicial mínimo. En cambio, las sociedades mercantiles exigen escritura notarial y un capital mínimo para comenzar. No obstante, este desembolso inicial puede compensar si se pretende limitar la responsabilidad futura a ese capital y por tanto, proteger nuestro patrimonio personal.
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Responsabilidad de los Promotores:Puede limitarse al capital aportado (S.L., S.A., etc.) o ser ilimitada, afectando tanto al patrimonio empresarial como al personal (autónomos o Comunidad de Bienes).
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Tipo de Actividad:Podrá condicionar la elección cuando la normativa aplicable establezca una forma jurídica concreta, afectando directamente al desembolso inicial.
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Aspectos Fiscales:Las personas físicas por ejemplo tributan por el IRPF, siendo un impuesto progresivo, es decir, a medida que aumenta el beneficio aumenta la renta. Sin embargo, las empresas tributan por el Impuesto de Sociedades, aplicándose un tipo impositivo fijo.
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Número de promotores:Por el número de personas que intervengan en la actividad, elegiremos sociedad si son varios promotores o persona física si es uno.
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Necesidades económicas:Ser empresario individual es más económico, ya que no es necesaria la inscripción en el Registro Mercantil, otorgamiento de escritura pública, ni tampoco se exige un capital inicial mínimo. En cambio, las sociedades mercantiles exigen escritura notarial y un capital mínimo para comenzar. No obstante, este desembolso inicial puede compensar si se pretende limitar la responsabilidad futura a ese capital y por tanto, proteger nuestro patrimonio personal.
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Responsabilidad de los Promotores:Puede limitarse al capital aportado (S.L., S.A., etc.) o ser ilimitada, afectando tanto al patrimonio empresarial como al personal (autónomos o Comunidad de Bienes).
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Tipo de Actividad:Podrá condicionar la elección cuando la normativa aplicable establezca una forma jurídica concreta, afectando directamente al desembolso inicial.
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Aspectos Fiscales:Las personas físicas por ejemplo tributan por el IRPF, siendo un impuesto progresivo, es decir, a medida que aumenta el beneficio aumenta la renta. Sin embargo, las empresas tributan por el Impuesto de Sociedades, aplicándose un tipo impositivo fijo.